Neta
Destructora
de explotación, transmutadora al juego
Para la octava epidemia les
presento a Neta, la transmutadora del trabajo en juego. Como una J de
juego con patas, patas para bailar y ninguna mano para darte en el
trabajo jaja, esta monigote hipersonriente nos inunda de buen humor.
La actual esclavitud mundial es
en su mayoría el asalaramiento tercerizado, es decir, el sector de
servicios que acrecienta viciosamente el trabajo. Cuando tus horas
están atareadas solo te queda energía para pagar por que los otros
hagan todo lo que no te da el tiempo para hacer. Ya que trabajamos,
pagamos comida hecha. El encarecimiento de lo elaborado, el
encarecimiento de la vida, la inflación que equivale a bajar
sueldos, la perdida de autonomía del endeudamiento. La clase media
en ascenso pierde contacto con su casa pagando alguien que limpia. No
conozco un asalariado que lo haga con gusto, no al menos cuando el
tiempo de su vida ha pasado empobreciendose. Se necesita jefe cuando
se es vago sin remedio.
Neta concierne a una transición,
quizas primero al peligroso mundo de la autogestión (de la que
muchos ajefados no se animan a emprender), pero también viendo que
ésta es autoexplotación, a un paciente exhilio del tiempo utilitaro
medido por el capital. De hecho lo primero sería mirar los baches
que fortuitamente existen para ensancharlos, las “perdidas de
tiempo”, los espaciotiempos abandonados, los disfrutes
intercalados en las horas de reloj laboral, los chistes que hacen más
pasable la jornada obligada, todos los “errorismos” varios (robar
stock e insumos, deslealtad maliciosa a las empresas), las siestas en
el curro. Siempre habrá un minimo de juego que salva nuestros
rituales sociales reglados, su anárquica acumulación sabotea la
medición horaria del tiempo.
Al abrir nuestra percepción al
abandono del tiempo, las horas del reloj que impuso la industria se
diseminan. Experiencias colectivas de cooperativas, autogestión que
mezcla nuestro lugar de vida con el taller de trabajo experimental,
hay un amplio submundo que desea desertar de la relación de
dependencia, del Curriculum Vitae. Todxs poseemos algún conocimiento
por haber crecido en el viejo mundo, y podríamos torcerlo hacia una
autonomía tal. La indistinción actual entre vida y trabajo requiere
que la huelga sea realizada por nuestra humanidad, descomponiendo los
personajes asignados por la rentabilidad. La autogestión en altas
dosis raya la autoexplotación, y Neta ve imprescindible llenar los
momentos de produccíon colectiva de pasión y juego, dislocar la
atención hacia las ganas comprometiendose con nuestro gusto entre
afines. Esto conllevaría ir inventando cada vez relaciones que se
esfuerzen por combatir la dominación, la delegación y los
capataces, atentas a la fuerza de la iniciativa, organizandose para
no tener que trabajar, o para cobrar mejor trabajando lo menos
posible; la recompensa es el tiempo compartido.
Si deseamos exhiliarnos del mundo del trabajo, es preciso dejar
cierto mundo de la compra. Gran parte de la oferta consiste en la
sobreacumulación de servicios, esto se hace notorio en cualquier
kiosko donde el empaquetado de pequeñisimas fracciónes producidas
de a millones son el final de una cadena de explotación. Tanto mejor
hacerlo unx mismx, conseguir al por mayor, directo del productor
regional y sin agroquímicos, para achicar la brecha de horas de
sufrimiento obligado que karmatiza nuestros objetos mercantiles. Pero
todo esto no alcanza, si reducimos nuestra lucha a una opción de
consumo primero estaremos a un paso de un nuevo mercado mas
“conciente”, “bio”, con nuevas rentas encarecidas; y después
entraremos en la inculpación moral de los consumidores malvados,
dejando de lado el otro polo tan importante de la cadena: la
producción.
Si no atacamos la forma en que se
produce no dejaremos de hacer descartables no biodegradables, ni
esclavizar a otrxs para tenerlos aquí. AUTOGESTIÓN: signifíca
gestión autónoma. Autonomía: de auto-nomos, nombrarse a uno mismo,
a partir de nosotros y no desde otrxs. El cooperativismo posee una
larga tradición (que no nos garantiza liberarnos de la burocracia).
Consideramos lo más vital del cooperativismo a los presupestos de
horizontalidad (igualdad entre asociados, libertad de palabra,
producción entre pares -p2p-), asambleismo, propiedad colectiva,
autoformación, prefiguración de futuras relaciones sin explotación,
compartir y contagiar la manera de hacerlo... Por este camino, y
juntandonos con otros (sin despreciar con sus limitaciónes tampoco
al cuentapropismo), conocimos todo un mundo de prácticas sin jefes,
mucho más sano que el empleo, con posibilidad de menos horas y de
operar directamente sobre lo que deseamos hacer. Este mundo de
dictadura mercantil no nos deja otra opción que generar dinero, dado
que la comida y la tierra están privatizadas. Sobre-vivir,
venderse... La autogestión nos da un aire entre tanta obligación y
prueba nuestra fuerza de determinarnos a hacer por nosotros lo que se
consigue normalmente vendiendo nuestra fuerza de trabajo a una
empresa. Llamando a Neta mágicamente se nos abre este pasaje del
empleo a la autogestión.
Sin embargo el cooperativismo es
impulsado y cooptado por la promoción estatal, sumergiendolo en
papeleos y burocracias con figuras escalafonantes (presidente,
secretario, tesorero). La autogestión puede suplir los baches del
capital y reavivar mercados descuidados. Como siempre, nada nos salva
necesariamente. Habrá que ver cada caso...
Ahora la autogestión debe pasar al
JUEGO. El valor real que puede liberarnos de la obligación es
hacerlo por placer. Como Fourier aconsejaba, la civilización se
alejó del universo de PASION,
lo que mueve los planetas, y solo la labor atractiva podria
liberarnos. Para este “socialista utópico” (denominación a esta
altura neutralizante, con todo lo que necesitamos delirar para crear
nuevas realidades) el error de quienes piensan en nuevas formas de
asociación es
descuidar la atracción necesaria
para juntarnos a partir de nuestros gustos. Buscar nuestras
verdaderas inclinaciones nos acerca a quienes tengan la misma
busqueda, y posibilita un hacer con diversión incluida. El concepto
Fourieriano de pasión contradice punto por punto su etimología (de
pathos, sufrimiento).
Algunxs afirman hace décadas ya que
el 99% del trabajo es prescindible para lo “vital” (y hasta otrxs
dicen que esto es muy generoso estadísticamente). Que el trabajo
como lo conocemos puede ser abolido. Desde la jaula no
contamos con las herramientas para imaginar las posibilidades de un
mundo sin trabajo, pero ya podemos experimentar la desmesura. Para dar ese zarpazo a este mundo viene Neta!
Dibujemos neta sobre nuestro trabajo, y nos dibujará la sonrisa de
jugar.
INVOCACIÓN
Neta
simpática juguetona
danos
la seriedad que tiene un niñx al jugar
destruye
la seriedad del ritual contractual
paganos
un don sin jefe
regalanos
fiestas del compartir desmedido
sumergenos
en el tiempo sin horas
en
el actuar inutilitario
en
el gasto sin compra
potlatch
en
donde todo sea un juego que podamos elegir
juegos
infinitos desbordando
disfrute
activación
magia
de vivir sin sobre
jugarse
la vida
vivir
en juegos
¡IO
NETA!
extinguere
industriae ekstasis ludere
Dos textos recomendados para la Neta-gnosis:
“La
búsqueda del placer es un firme rechazo de las condiciones fijadas
por el capital, es decir, de sus valores. El primero de estos
rechazos es el rechazo al trabajo. La búsqueda del placer sólo
puede venir a través de la búsqueda del juego.
Así
el juego asume un significado diferente del que estamos acostumbrados
a darle en la dimensión del capital. Como ociosidad serena, el juego
que se opone a las responsabilidades de la vida es una falsa y
distorsionada imagen de lo que realmente es. En la realidad de la
lucha contra el capital, en el presente periodo del enfrentamiento y
en sus relativas contradicciones, el juego no es un “pasatiempo”,
sino un arma de lucha.
(…)Es el sentido
comunitario del juego lo que impide la arbitrariedad en la elección
de los significados del juego mismo. En ausencia de relaciones
comunitarias el individuo podría imponer sus propias reglas y
significados, que podrían ser incomprensibles a los demás, haciendo
del juego una suspensión temporal de las consecuencias negativas de
sus problemas individuales (problemas del trabajo, a alienación y la
explotación).
En el acuerdo comunitario el
juego es enriquecido por un flujo de acciones recíprocas. La
creatividad es mayor cuando proviene de fantasías liberadas y
verificadas recíprocamente. Cada invención, cada nueva posibilidad
puede ser vivida colectivamente, sin modelos preconstituidos, y tener
una influencia vital, incluso por ser simplemente un modelo creativo,
incluso si encuentra mil dificultadas para su realización.”
“El
juego es siempre voluntario. Lo que de otro modo sería un juego, es
trabajo si es forzado.
No es que
el juego no tenga consecuencias. Eso sería rebajar al juego. El
asunto es que las consecuencias, si las hay, son gratuitas. El jugar
y el dar están estrechamente relacionados, son facetas conductuales
y transaccionales del mismo impulso, el instinto-de-jugar. Ámbos
comparten un desdén aristocrático hacia los resultados. El jugador
recibe algo al jugar; es por eso que juega. Pero la recompensa
principal es la experiencia de la actividad misma (cualquiera que
sea).
El secreto de convertir el
trabajo en juego, como demostró Charles Fourier, es acomodar las
actividades útiles para tomar ventaja de lo que sea que diferentes
personas disfrutan hacer en momentos diferentes. Para hacer posible
que algunas personas hagan las cosas que disfrutan, bastará con
erradicar las irracionalidades y distorsiones que afligen esas
actividades cuando són convertidas en trabajo.
Nadie puede decir qué
resultaría de liberar el poder creativo aturdido por el trabajo.
Cualquier cosa puede pasar. El gastado debate de libertad versus
necesidad, que casi suena teológico, se resuelve sólo cuando la
producción de valores de uso coexista con el consumo de deliciosa
actividad lúdica.
La vida se convertirá en un
juego, o más bien muchos juegos, pero no — como es ahora — un
juego de suma cero. Un encuentro sexual óptimo es el paradigma del
juego productivo; los participantes se potencian los placeres el uno
al otro, nadie cuenta los puntajes, y todos ganan. Cuanto más das,
más recibes. En la vida lúdica, lo mejor del sexo se mezcla con la
mejor parte de la vida diaria. El juego generalizado lleva a la
libidinización de la vida. El sexo, en cambio, puede volverse menos
urgente y desesperado, más juguetón. Si jugamos bien nuestras
cartas, podemos sacar más de la vida de lo que metemos en ella; pero
sólo si jugamos para ganar.
Nadie
debería trabajar. Proletarios del mundo… ¡descansad!”
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