Pero esperar es hipotecar los momentos, y dejar la vida para después. Actuando en el ahora fue que se me acercó Comelet, como un pequeño virus incorporal con voluntad de contagiar pequeñas zonas de cables telefónicos y bits lumínicos. Esta pequeña ficha de teléfono cobró forma ante mí pelando sus dientes filosos y dispuesto a morderle el culo a las partes más imperceptibles de las empresas con sus colmillos poderosos. El colmillo es un arma de ataque, hasta para los piojos y bichos. Aun pequeño comelét llega a donde tiene que llegar para facilitarnos ventajas con el internet.
Si tiene que conseguirnos una placa wi-fi, nos la acercará! Oh Comelét!
Si tiene que facilitarnos un router vecino, o una cuenta sin contraseña necesaria, lo provocará! Oh Comelét!
¡Oh Comelét!
Del aire toma
internet gratarola!
Intercede con Itsgar
para no tener que pagar!
Como veran eh tergiversado contrapublicitariamente un sigilo corporativo. Radionica pura! Hagamosnos amigxs de nuestro computador que es un ser vivo, y llamemos a comelet a nuestro lado.
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